Se puede llorar de pena, de tristeza, de dolor,pero tambien se puede llorar de alegria y de ilusion.Esa alegria y esa ilusion que no nos esta faltando en este viaje.
Llegamos a Nasik, ciudad bagnada por el Rio Godavari, uno de los mas sagrados del hinduismo.En realidad ha sido nuestro primer contacto con con la verdadera India.Es dura,pobre,religiosa y espiritual, pero a la vez hospitalaria,amable, carinosa y dulce.
Nuestro primer paso nos lleva al epicentro de la ciudad.Un gran estanque junto al Rio donde se juntan los peregrinos para llevar a cabo sus ritos religiosos y abluciones en los ghats (escalinatas). Nos cruzamos con gran numero de shadus ataviados con tunicas naranjas y el tridente de Krisnha del cual son seguidores. Todos nos saludan dandonos su bendicion a la vez que nos piden alguna moneda. Algunos se les nota los ojos brillantes y saltones, quiza sea por que se han fumado algun porrete.
Alrededor del estanque tambien vemos gran cantidad de mujeres lavando sus vistosos y coloridos saris.Numerosos ninos se nos acercan continuamente con la unica intencion de que les hagamos fotos . Pasamos un grato muy agradable con ellos y continuamos con nuestro paseo.
Al ser una ciudad sagrada, esta repleta de templos. Entramos al mas importante de la ciudad KALARAMA. Nos cruzamos con cientos de peregrinos. Del mismo modo que a nosotros nos llaman la atencion su apariencia, ellos nos ven a nosotros como algo exotico. Nos saludamos al unisono con la famosa NAMASTE.
Hay un grupo sentado de ancianas con sus explendorosos saris cubriendo languidamente su cabeza cantan alegremente un mantra. Al otro lado del templo observamos otro grupo de hombres con sus inmaculados trajes blancos rezar. Esta atardeciendo y es hora de volver, no sin antes ver a unos cuantos peregrinos echar ofrendas al rio.
Al dia siguiente en autobus publico nos acercamos a visitar el templo de Trimbakeshwar, santuario consagrado a Shiva.Nos coge una lluvia tremenda que hace que la visita sea un poco mas desagradable. Al atravesar la puerta de entada al templo, nos topamos con una numerosa fila de peregrinos. Imposible retroceder. Esperamos pacientemente en la fila y con miedo de avalancha que nos toque nuestro turno. Al cabo de una hora llegamos a ver el jyoti linga (que no sabemos que es eso) Los vigilantes que lo cuidan nos sacan a empujones ya que mas de uno se pone histerico.
Ha sido una experiencia muy alagadora, pero que no se puede repetir muchas veces.
Han sido dos dias muy extensos y completos en una ciudad espiritual.
Sigo con interés vuestro viaje. Lo de la lluvia supongo es inevitable si vas a India en época de monzones.
ResponderEliminarMe sorprende que no hayáis visitado Ajanta y Ellora. ¿O es que lo dejáis para el final?
Un abrazo,
RICARDO.